Mar 21 2012
Pequeño Leónides…
Todo ha pasado tan rápido pequeño Leónides…
Hace apenas un año que nos enamoramos de ti y te acogimos para poder darte todo nuestro cariño. Esa carita, esos ojitos, esa mirada… No tuvimos dudas.
Te hiciste tan especial para nosotros en tan poco tiempo.
Recuerdo tus primeros pasos, tambaleándote, pero avanzando con decisión, dando por momentos pequeñas carreras envalentonadas. Y tu primer viaje… asustadito en un rincón, temeroso ante tantas cosas nuevas.
Pero el miedo se fue evaporando pronto, tu eras de los valientes, los exploradores, los mordedores, aquellos que no temen a nada y todo lo tienen que investigar. Mis manos sufrieron tus mordiscos una y otra vez, pero para ti era un juego, y yo siempre estaba dispuesto a jugar contigo.
Por que cuando terminaba la batalla, siempre volvías y te acurrucabas junto a nosotros, ponías esa carita tierna y nadie te podía reñir. Siempre supiste como embaucarnos pequeño ladrón de corazones.
Y es que además siempre has sido muy gracioso, no podiamos dejar de hacerte fotos porque cogías unas posturas tan divertidas, y nos hacías reir continuamente. Siempre has mantenido una sonrisa en nuestro rostro, de una forma u otra.
Y cómo te gustaba dormir, y hacer tu pase de graciosas posturas infinitas. Ojalá hubiera podido conservar todas y cada una de ellas con una foto… ¡Qué guapo mi gatito!
Tu ibas creciendo poco a poco, pero para nosotros eras el mismo gatito de siempre, con esa cara de pillín y esos gestos tan propios de ti. Qué buenos tiempos pasábamos juntos..
Te hacías mayor y cada vez eras más curioso y más aventurero. Te gustaba salir de casa y pasarte casi todo el día fuera mientras que nos preguntábamos dónde estarías y lo divertido que sería colocarte una pequeña cámara para seguir tus pasos. Al mediodía y por la noche siempre volvías, enseguida escuchábamos el sonido que hacías al moverte entre las cortinas de la puerta, y cuando no era suficiente, enseguida escuchábamos ese maullido de «ya estoy en casa».
Te restregabas contra nuestras piernas y enseguida te dirigías al comedero. Pero si veías que nosotros íbamos a la nevera, poco tardabas en venir… sentándote junto a la puerta abierta mientras decidiamos que cocinar, sin hacer ni un sólo ruido, esperándo a que entendiéramos la indirecta. Qué bien te funcionaba la táctica, siempre has sido el más listo… Nuestro hombretón…
Todo pasó tan rápido pequeño Leónides… Apenas tenías un año, no habías vivido nada, te quedaban tantas cosas por ver. Una llamada de mi padre, diciendo que estabas malito cuando yo no estaba en casa… Fui lo antes que pude, y conforme llegué te llevamos al veterinario. Todo apuntaba a que no era nada importante, una infección de orina, un pequeño virus… Pero no sé que te hicieron, para que la doctora nos dijera después de varios análisis que habían muy muy pocas posibilidades de que te curaras, que te tendrían que ingresar en un hospital con una via y un gotero y que aún así era casi imposible porque no tenías riñones, habían desaparecido de un día para otro.
Entonces la doctora me propuso dormirte para siempre, sin dolor, y yo entre un mar de lágrimas le dí mi consentimiento… Lo siento mi pequeño León, no puedo dejar de preguntarme si hice mal… ojalá nada de esto hubiera pasado y siguieras aquí.
Con la lluvia cayendo sobre mí, te abracé una última vez con todas mis fuerzas mientras que depositaba tu cuerpo sin vida en una tumba que cavé con mis propias manos para ti, en un hueco junto a las flores del jardín. Te dejé en tu bracito las pulseras que hizo mamá para mí, para que nos lleves siempre contigo y te acaricié una última vez antes de darte el último adiós. Yo a cambio me quedo con tu collar, para llevarlo conmigo siempre…
No sabes lo mal que lo pasé y lo sigo pasando. No puedo dejar de pensar en ti y todo me recuerda a ti. Cada vez que oigo el ruido de las cortinas, agitadas por el viento, quiero desear que eres tú otra vez, que has vuelto con nosotros, pero sé que eso nunca volverá a pasar.
Te queremos mucho pequeño, has sido como un hijo para nosotros. Siempre estarás en nuestro corazón.
Bipxivia
21 de marzo de 2012 @ 16:22
Oooh u.u ¡Ánimo!
cesar
23 de marzo de 2012 @ 01:29
lo siento animo
Seo Web Consultor
23 de marzo de 2012 @ 11:06
Gracias
lisa
15 de junio de 2013 @ 03:57
lo siento se lo que es perder a un amiguito que te roba el corazón y te ama incondicionalmente, lo mejor es que marco tu vida con su personalidad y estará en tu corazón como alguna vez lo hizo mi pequeño piringo
Pau
15 de junio de 2013 @ 09:45
gracias Lisa por tus palabras… Piringo seguro que sigue en tu corazón también 🙂